El concepto de “crisis” provoca una revisión exhaustiva de lo que conocemos como “modelo de sociedad del bienestar”. La pérdida del grado de confort al que acostumbramos nos conduce inevitablemente a situarnos en la inexacta posición del “extraviado”. Daniel Hernández irrumpe en nuestro deseo de control (satisfacción, usabilidad, instantaneidad…) a través de una instalación site-specific para el espacio de EL SÓTANO en la que se pone en entredicho los parabienes de la sacralizada “era tecnológica”. Any Kind of Technology logra colocarnos frente al reflejo diluido de aquel que cree llevar las riendas con exactitud. Zygmunt Bauman ya nos advierte sobre la sociedad del riesgo en su concepción de un mundo líquido…
La conciencia de que el juego continúa, de que todavía deben ocurrir muchas cosas y de que el inventario de maravillas que nos puede ofrecer la vida sigue vigente es muy satisfactoria y placentera. La sospecha de que nada de lo que ya ha sido probado y conseguido es inmune a la decadencia ni ofrece garantía de duración es, sin embargo, la proverbial mosca en la sopa. Las pérdidas equilibran las ganancias. La vida está condenada a navegar entre dos aguas, y ningún marinero puede jactarse de haber encontrado un itinerario seguro ni libre de riesgos.
BAUMAN, Zygmunt: Modernidad líquida.
Beatriz Lecuona y Óscar Hernández. Comisarios del proyecto
ANY KIND OF TECHNOLOGY
Daniel Hernández ( La Orotava, 1976)
Hoy en día plantear una crítica a la tecnología es algo complicado. Se supone que los avances tecnológicos van en función de nuestros propios intereses y comodidades pero, ¿no estaremos pagando un precio por todo esto? Este progreso nos ahorra tiempo y puede ayudarnos a trabajar mejor pero, el individuo tiene que establecer unos límites claros para que él sea quien controla la tecnología y no esta la que marque su ritmo vital.
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